Medios de Comunicación

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Medios de Información y Comunicacion Social en Colombia en Relación a Medios de Información

En este contexto, a efectos históricos puede ser de interés lo siguiente: [1] Con el 54,6% de su población dedicada a la agricultura, Colombia tiene un habitat muy disperso y de difícil comunicación a causa de sus numerosos macizos montañosos. Su índice de analfabetismo es de 37,7%. Posee cerca de medio millón de teléfonos. El número de empresas editoriales, dedicadas a la publicación de libros es de 10, que en 1956 publicaron 438 títulos. El consumo de papel prensa ha aumentado armónicamente con los años, pasando de 17.000 t. en 1950-54 a 45.600 en 1962, aunque descendió a 39.600 en 1963. El consumo por habitante y año experimentó un crecimiento parecido, pasando de 1,5 Kg. en 1950-54, a 3,1 en 1962, para descender a 2,6 en 1963.
Prensa. La imprenta llegó a Colombia por obra de los jesuitas en 1738. Se instaló en Santa Fe de Bogotá y con ella se publicaron las primeras obras religiosas. El desarrollo de la prensa empieza en 1780 con las Hojas Volantes, precursoras del periodismo moderno. En 1785 aparece Aviso del Terremoto, y en el mismo año, el cubano Manuel de Socorro Rodríguez funda Gaceta de Santa Fe. Crea, también, en 1791, Papel Periódico de Santa Fe de Bogotá, que se publicaba semanalmente con 4 páginas y una tirada de 250 ejemplares. En el paso del siglo XII al XX aparecen numerosos periódicos de carácter político. Semanario y Noticias del Reyno (más tarde Los Crepúsculos del Reyno) se crean en 1808. En 1810 empieza el periodo de luchas por la libertad, y el Gobierno crea Diario Político, al que siguen numerosas publicaciones oficiales en otros puntos del país. En 1887 se funda El Espectador y en 1897 aparece por primera vez La Crónica, que desde 1911 sale diariamente. En 1902 surge El Nuevo Tiempo, que desaparece en 1932. En 1911 se crea El Tiempo, que junto con El Espectador es uno de los dos grandes diarios de Colombia hasta nuestros días. En 1935 se podían contar 420 publicaciones, de las cuales 42 eran diarios, 88 oficiales y 292 privadas, con diferente periodicidad. Los grandes hombres del país han sido periodistas o han escrito en las páginas de sus periódicos. Rafael Núñez, Santiago y Felipe Pérez, Manuel Murillo Toto, José M. Samper, Carlos Holguín, M. A. Caro, Carlos Martín y Carlos E. Restrepo son nombres que figuraron al mismo tiempo en la política y en la prensa de C.
Legislación. El art. 42 de la Constitución de 1886 garantiza la libertad de prensa. La Ley de Prensa de 1898 determinaba los delitos y penas, reglamentación que se completaba con la Ley de 21 nov. 1911 y las disposiciones del CP, parte 11, cap. I y II. En 1944 entró en vigor una nueva legislación de prensa que limitaba la libertad de expresión. Uno de sus artículos prohibía la crítica a los presidentes de los países amigos. En 1949 se suspendieron las garantías constitucionales y, por disposición del Gobierno, la prensa y la radio se sometieron a la censura. En mayo de 1953 se prometió una nueva Constitución en la que la prensa y la radio serían declaradas «servicios públicos», pero el Gobierno fue derrocado. Principios parecidos inspiraron al régimen siguiente, que el 24 sept. 1954, junto con el Código de Ética Periodística, resultado del Congreso Nac. de Prensa de 1953, limitó las facultades de la prensa. Se penaba duramente la calumnia, se suspendía el derecho de apelación y los periódicos dejaban de ser juzgados por los tribunales para pasar al fuero del Ministerio del Interior. Pero estas disposiciones tampoco llegaron a cumplirse. A finales de 1954, y con la publicación del decreto 3.000, se dispusieron normas más suaves. Por él se volvía al sistema normal de justicia, los periódicos no podían ser suspendidos y se establecían multas por las ofensas a las personas del Gobierno, la Administración, la Armada y la Iglesia. Con todo, el Sindicato de Periodistas pidió una revisión de estas normas, iniciativa que fue aplaudida por la Soc. Interamericana de Prensa.
El 23 jun. 1955 se restableció, aunque veladamente, la censura de 1953 por medio de una oficina oficial de prensa, presidida por un coronel. El Tiempo luchó con el dictador G. Rojas Pinilla (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), pero fue suspendido en agosto de 1955. Reapareció con el título de Intermedio el 1 mar. 1956. Otros periódicos fueron prohibidos y suspendidos, entre ellos El Espectador y El Independiente (fundado en 1957 y que era continuador del anterior). Tras esta etapa de dureza, el dictador escogió métodos más suaves, pero igualmente eficaces, como el control en la distribución del papel, que se llevaba a cabo por medio de la Empresa Nac. de Publicaciones. En virtud del Decr. de 23 ag. 1955, todos los pedidos de importación de papel debían ser aprobados por tal empresa. El permiso o bien se les negaba o se les imponían tasas exageradas por cada tonelada. Intermedio se vio especialmente afectado por estas disposiciones. Pudo salvarse gracias al movimiento popular de 1957 que derrocó al dictador. Otro sistema de restricción para la prensa fue la concesión de noticias en exclusiva para el periódico gubernamental Diario Oficial, o bien la prohibición de que ciertos periódicos publicasen determinadas informaciones. Se suprimieron los comentarios políticos, y a Intermedio se le impidió publicar en primera página toda clase de información nacional y se le rehusaron los comunicados oficiales. Con la caída de Rojas Pinilla, la censura se abolió y los periódicos suspendidos pudieron salir nuevamente con mayor prestigio, mientras que Diario Oficial dejaba de publicarse. Por el Decr. legislativo de 29 oct. 1957 se restableció la libertad de prensa, y los delitos de los periódicos pasaban a depender de los Trib. Superiores de Distrito y de la Corte Superior de Justicia.
Estructura de la prensa actual. En 1950 aparecían 37 diarios en 12 ciudades. En 1958 eran 36 para 15 ciudades, y distribuían 797.000 ejemplares. La circulación ha oscilado en estos últimos años, bajando a 749.000 en 1959 y volviendo a aumentar hasta cerca de 800.000 que se distribuían en 1970. Paralelamente ha disminuido el número de ejemplares por 1.000 hab., cifrándose en 60 en 1956, y 52 en 1963. En 1970, eXIstían 42 diarios en todo el país. A pesar de que los de la capital tienen grandes tiradas, la distribución geográfica de la prensa está bastante equilibrada. Las cadenas de montañas han favorecido la formación de grandes centros en los que la prensa está muy desarrollada. Barranquilla publica cuatro diarios, de los cuales Diario de Colombia lanza 201.000 ejemplares y El Heraldo 33.000. Cali edita tres diarios, uno de ellos El País, conservador, con 99.000 ejemplares. Medellín tiene tres, entre los que El Colombiano, conservador, tira 65.000 ejemplares. Otros centros importantes son Cúcuta, con cinco diarios, y Bucaramanga, con tres. Bogotá tiene seis diarios. Los principales son: El Espectador, liberal, con 211.200 ejemplares y dos ediciones diarias; El Tiempo, liberal, con 186.300 ejemplares durante la semana, y 368.600 los domingos, y El Siglo, conservador (fundado en 1936), con 50.000 ejemplares, y La República (1953), conservador, con 40.000 ejemplares. Los diarios de difusión nacional son El Espectador, La República, El Siglo y El Tiempo, todos de Bogotá, y El Colombiano, de Medellín. Aparecen otras 329 publicaciones con una circulación de 1.136.000 ejemplares, de las cuales 79 son periódicos no diarios de información general y distribuyen casi medio millón de ejemplares.
Prensa católica. Los diarios católicos más influyentes son El Siglo, de Bogotá, y El Colombiano, de Medellín. El principal semanario es El Campesino, perteneciente a ACPO, que, fundado en 1958, distribuye 200.000 ejemplares. Existe una Asociación Nac. de Prensa Católica.
Organizaciones. Hay un Sindicato Nac. de Periodistas, que en el Congreso Nac. de Prensa de 1953 dictó un Código de etica Periodística.
Agencias de información. Hasta 1955, Colombia no tuvo ninguna agencia de noticias. Hoy posee cinco, todas ellas con sede en Bogotá. Colombia Press (fundada en 1955) tiene cuatro oficinas y 10 corresponsales fijos; distribuye un boletín de 15.000 palabras por día a 15 periódicos, 34 emisoras de radio y a la Televisora Nac. Teleprensa (1957) tiene una oficina en Cali y corresponsales en otras tres ciudades del país; en el extranjero, posee corresponsales en Caracas y Nueva York. Distribuye un boletín de 17.000 palabras a ocho diarios y cuatro emisoras de radio. El Servicio Nac. de Prensa (1958) dispone de cuatro oficinas y trabaja con 11 personas. Distribuye un boletín de 20.0000 palabras a tres diarios y ocho emisoras de radio. Interpress (1960) tiene abonados cuatro diarios y 32 emisoras de radio. La quinta es Servicio Informativo Colombiano, de menor importancia. La mayor parte de noticias extranjeras las adquieren los diarios en las agencias AP, UPI y AFP. Sólo tres de ellos están abonados a dos de las tres agencias, el resto a una sola. UPI tiene instaladas oficinas en Bogotá y en Cali; AFP, en Bogotá, Barranquilla, Cartagena y Medellín AP, sólo en Bogotá. Tass tiene un corresponsal fijo en la capital.
Radio. Las emisoras son de tres tipos: del Estado, culturales y comerciales. Radiodifusora Nac. de Colombia dedica una parte importante de sus espacios a programas educativos y culturales y a emisiones informativas, transmite las discusiones del Senado y de la Cámara de los Representantes. 15 emisoras son culturales y dependen del Ministerio de Educación o de la Universidad. Transmiten principalmente programas educativos y culturales, aunque también dedican gran parte del tiempo a servicios informativos nacionales o extranjeros. Las 217 emisoras privadas ofrecen, sobre todo, programas musicales y se sostienen por medio de la publicidad. Hay tres cadenas principales, Radio Cadena Nac., Caracol y Circuito Radio ABC, que, aparte de sus propios programas, transmiten también grabaciones británicas, norteamericanas y francesas. La legislación colombiana sobre publicidad no permite que los espacios publicitarios de las emisoras privadas excedan del 20% del tiempo de emisión. También está limitado el número de intérpretes extranjeros que en ellas pueden participar: no pueden pasar del 20%, y las emisiones de música extranjera no pueden rebasar el 75% del tiempo dedicado a la misma. La radio colombiana soportó una fuerte censura durante el mandato de Rojas Pinilla. A su caída, la censura fue abolida para la prensa, pero fue restablecida momentáneamente para la radiodifusión como consecuencia de los actos de violencia que, según la Junta Militar, se habían exagerado indebidamente en las informaciones dadas por la radio. Las emisoras dependen técnicamente de la División de Telecomunicaciones del Ministerio de Comunicaciones. Además, existe una Asociación Nac. de Radiodifusión, miembro de la Asociación Interamericana de Radiodifusión y de su Organismo Regional Bolivariano.
Las Escuelas Radiofónicas de Sutatenza. Merece destacar la actividad cultural llevada a cabo por la parroquia de Sutatenza, departamento de Boyacá. Se debe a la iniciativa del sacerdote José Joaquín Salcedo al pretender levantar el nivel cultural y material de sus feligreses por medio de la radio. En septiembre de 1947 instaló un primer emisor de 100 W. y creó las tres primeras escuelas radiofónicas en la vereda de Irzón. Al año siguiente, el P. Salcedo fue a EE.UU.., donde habló en una asamblea de las Naciones Unidas de la importancia de la radiodifusión como medio de educación y alfabetización de los campesinos; contrató a la Central Eléctrica la construcción de un transmisor XT-1 de 1.000 W., y más tarde, otro de 25.000 W., encargando en Holanda la fabricación de 5.000 receptores de diseño especial para las escuelas. En 1949 el movimiento se extendió al departamento de Cundinamarca, se instaló el segundo emisor de 250 W. y se constituyó la Acción Cultural Popular (ACPO), organismo encargado de la compleja organización, en la ciudad de Tunja. En 1950 se instaló el tercer emisor de 1.000 W., y se organizaron 300 escuelas en 22 parroquias. En 1953 se inauguraron los nuevos transmisores de Sutatenza, con una potencia de 25.000 W., y Pío XII mandó un mensaje especial y su bendición. La primera filial se instaló en Paz del Río (Boyacá) con el nombre de Radio Belencito, y en 1955 se inauguró Radio Sutatenza en Bogotá. En 1957 se repartieron en todas las escuelas 300.000 ejemplares de la cartilla Lectura, libro de la educación básica de sus programas. Junto con la labor radiofónica, ACPO instala institutos para jóvenes, monta seminarios para estudios de problemas rurales, organización campesina y educación, y edita el semanario El Campesino, fundado el 29 de junio, con 29.000 ejemplares. Por último se inauguró en Sutatenza una segunda emisora de 50 Kw., destinada a transmitir programas a los alumnos de las Escuelas que han recorrido la primera etapa de la cultura básica.
Los programas educativos de Radio Sutatenza se transmiten todos los días a las 5,50 horas, antes de que los campesinos salgan al campo; se repite al mediodía para las mujeres, y se da una tercera emisión para los hombres que no han podido escucharla por la mañana. Durante hora y media, y al terminar, da un boletín informativo. Por la tarde, las emisoras de ACPO transmiten programas recreativos de interés educativo o cultural. Los programas elementales son escuchados por 170.000 grupos de oyentes de las diferentes regiones del país. Como respuesta al problema de la dispersión, el sistema educativo de ACPO ha tenido notables éXItos, elevando no sólo el nivel de alfabetización, sino que también ha conseguido grandes resultados en el cambio de vida del campesino. Atenta a los diferentes movimientos sociales, y por medio de una investigación seria, está logrando progresos en el campo de las estructuras sociales. Además ha desarrollado una educación integral del campesino, entendiéndose su labor como educadora del cuerpo y del espíritu al mismo tiempo, proporcionándole una cultura básica y una preparación social y económica con el fundamento de una sólida formación religiosa. El número de receptores de radio es superior a 3.000.000, pasando de 500.000 en 1950 a 2.150.000 en 1961. Este aumento tan considerable se debe, principalmente, a los numerosos receptores portátiles creados para las Escuelas Radiofónicas de Sutatenza.
Televisión. El primer programa se llevó a cabo en junio de 1954. Su definición es de 525 líneas. Existen 18 emisoras, que están nacionalizadas y pertenecen al Ministerio de Comunicaciones. Sólo el 50% de la población puede recibir sus emisiones, con predominio de las zonas urbanas. Las más alejadas, como consecuencia de los accidentes montañosos, no tienen suficientes emisoras o postes repetidores. A pesar de ser estatal, la RadioTelevisora Nac. acude a la publicidad para cubrir sus presupuestos. La mitad de sus programas son comerciales, y la otra mitad está financiada y realizada por el Servicio Nac. de Televisión, y consta de obras de teatro, ballet, música, emisiones educativas e infantiles. El 1 feb. 1955 se creó Televisora Nac. y en 1964 se inauguró un servicio de televisión educativa. El número de receptores es de 350.000. El Gobierno ha favorecido su aumento por medio de la importación de más de 30.000 aparatos, que ha vendido sin aumentar sus precios de compra.
Cine. El número de salas de proyección es de 803 (1964) y la asistencia anual ha aumentado en cifras absolutas, alcanzando 78.500.000 entradas, aunque ha descendido la asistencia por hab., que en 1959 era de 4,9 y en 1964 bajó a 4,5. La industria cinematográfica es escasa, aunque se ha desarrollado en los últimos años. En 1959 se realizaron cinco películas de largo metraje, de las cuales tres eran coproducciones con Cuba, España y Francia, respectivamente. Cuatro sociedades producen f ilms documentales y servicios informativos filmados. Todos los años se importan de 500 a 600 películas de largo metraje, que provienen principalmente de EE.UU..; le siguen Argentina, México, Inglaterra, Francia, España, Alemania Occidental e Italia. También se importan cortometrajes informativos y educativos. La sección cinematográfica del Ministerio de Educación realiza películas educativas de 35 y 16 mm., y las distribuye a los centros de enseñanza, que las proyectan en las escuelas o por medio de automóviles. Al mismo tiempo posee una importante cinemateca de películas informativas y educativas. Historia. Durante la época del cine mudo, en 1921-28, Colombia produjo 15 largometrajes. Esta constante de producción no la consiguió con la llegada del cine sonoro, debido, principalmente, a la competencia del norteamericano.
Las principales producciones del cine mudo son de tres tipos: 1) Melodramas y comedias folklórico-campesinas entre las que destacan Bajo el cielo antioqueño (1924), de Arturo Acevedo; Nido de cóndores (1925), de Mejía Robledo. 2) Adaptaciones de novelas: María (1922), de Alfredo del Diestro; y 3) Comedias dramáticas al corte italiano. Como la muerte, de Di Doménica. Con la llegada del sonido en el cine, se produjo una gran crisis de la que no se despertó hasta 1940, en que las realizaciones fueron muy irregulares hasta 1960. Son dignas de mención: Bambucos y corazones, Allá en el trapiche y Colombia linda. En 1960 comenzó la recuperación, como resultado de una mayor cultura cinematográfica, y surgieron una serie de cortometrajes como Las murallas de Cartagena, de Francisco Norden; Ella, de Jorge Pinto; Sexto día, de Boyocán, y Arte colombiano, de Guillermo Angulo. Entre los largometrajes recientes deben mencionarse Raíces de piedra, de J. M. Arzuaga, y Tres cuentos colombianos, de Luzardo y Mejía. Últimamente, numerosos productores meXIcanos han trasladado sus estudios a C., hecho que supone una esperanza para la producción nacional. [rbts name=»medios-de-informacion»]

Recursos

Notas y Referencias

  1. Basado parcialmente en el concepto y descripción sobre medios de información y comunicacion social en colombia en la Enciclopedia Rialp (f. autorizada), Editorial Rialp, 1991, Madrid

Véase También

Bibliografía

E. DovIFAT, Handbuch der Auslandspresse, Berlín 1960; UNESCO, Clnformation á travers le monde, París 1966; Internationales Handbuch für Rundfunk und Fernsehen, Hamburgo 1966; «The Hispanic American Report», Standford Univ., California (mensual); EDITOR AND PUBLISHER, International Year Book, Nueva York 1967; La presse dan les Rtats autoritaires, Zurich 1959; G. OTERO MuÑoz, Historia del periodismo en Colombia, Bogotá 1925; Colombia TORRES y B. CORREDOR, Las Escuelas Radiofónicas de Sutatenza (Colombia), «Estudios Sociológicos Latinoamericanos» 5, Friburgo y Bogotá 1961; «Cahiers», Zurich (mensual); «Film Ideal», Madrid (quincenal); «lournalises Catholiques», París (bimensual).

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